viernes, 22 de abril de 2011

Meditando la Pasión de Nuestro Señor

Jesús pasó en soledad los momentos más difíciles. Me refiero a los apóstoles y a las personas que lo habían aclamado en días anteriores que en circunstancias dolorosas no lo acompañaron. Sólo Dios estuvo siempre junto a él y así ocurre con nosotros
Permanezcamos junto a Jesús acompañando su pasión y muerte sufridos por nuestros pecados y los del mundo entero.Meditemos en silencio este designio de Dios, el cual reflexionamos esta noche, su amor hacia nosotros al entregarnos a su hijo.

Señor Jesús, ten piedad de mí.